martes, 22 de febrero de 2011

Cae la tarde e imparable sigue la vida...

17 años.
Es una extraña forma de comenzar a escribir, pero bueno, esa soy yo. Soy extraña. Antes había escuchado sobre Blogs, sobre compartir el conocimiento; mas sin embargo no se me había ocurrido crear uno.
Y lo más importante... ¿Sobre qué?
La verdad no tengo idea, no tengo un tema ni principio ni fin, realmente hasta confundida me siento, hundida en la monotonía de esta vida con altibajos.
Siento un instinto de escritora genuino, siento cada vez que escribo una palabra, una frase algo indescriptible. Escribir es el amor de mi existencia, escribo poema y prosa y me relajo.
Escribir es mi opio.
Imagino que los lectores saben quien fue el que dijo que la religión es el opio del pueblo, y, ¿Qué acaso el opio es malo simplemente? En mi opinión el opio tiene otro punto de vista. El opio calma el dolor. El opio relaja. Asimismo como la religión hace sentir a (nos) los cristianos católicos una sensación de templanza y satisfacción, asimismo la literatura a personas como yo llena el vacío que algunas veces causa la existencia, pues todos sabemos que la felicidad viene en trozos pequeños, una perfecta estrategia del Creador, para que sepamos apreciarla.
Mi estado de ánimo en este momento es melancólico, sin embargo un poco del vacío se ha llenado.
Deseo que alguien lea lo que escribo, así simplemente no escribiría en vano.
Ojalá algún lector me expresara lo que piensa al leer mi juvenil pensamiento.
Lo agradecería. Es mi primer día.
Es mi primera vez y fue melancólicamente fantástico. ¡Vaya! Cambiaré el título de el Blog ''cae la tarde e imparable sigue la vida'' a ''Es mi primera vez y fue melancólicamente fantástico"
Gracias.
Acabo de sentir un poco más de amor por este mundo.
El mundo es hermoso, y no podría ser de otra forma porque lo creó lo único perfecto que ha existido jamás... Nuestro Creador.